viernes, 8 de febrero de 2013

Viajes a Rumania

Podríamos manifestar que nosotros no elegimos Viajar a Rumania como hado de episodio, sino que más admisiblemente fue Rumania la que nos eligió a nosotros. Encontramos un revoloteo harto moderado para alucinar a Bucarest con una agencia rumana de bajo valor que cuadraba ajustadamente con unas épocas que teníamos libres, y sin pensarlo dos oportunidades, caímos en la seducción y compramos los volantes. Más tarde llegó el tiempo de plantearse ¿y qué luciferes hay en Rumania, amén de Transilvania? Para reponer esa pregunta consultamos unos cuantos foros y blogs de tournées que nos ayudaron a hacernos una generalización de lo que nos íbamos a atinar, al unísono que nos sirvieron de pauta para manufacturar el recorrido.

Después consultamos la línea diseñada con unos cuantos conocidos rumanos que nos dieron su consentimiento. Así que una sucesión hubimos arrendado un landó para toda la masía y reservado hotel en Bucarest viajes a rumania para nuestra comunicación, ahora teníamos todo listo. Volábamos con Blueair, muchedumbre de la que no teníamos muchas noticias. viajes a rumania Cuando subimos al nave espacial en Madrid, nos encontramos con uno un acierto antiguo: tenía ceniceros en los reposabrazos. Una sucesión todo el pasaje estuvo interiormente del nave espacial, tuvimos que confiar casi una hora aun otorgamiento sacar porque al parecer faltaban algunos registros del nave espacial. Finalmente, cuando el personal comenzaba a gastar tenso, se solucionó el libreto y pudimos sacar, no obstante aterrizamos en Bucarest con una hora de aplazamiento. Allí tuvimos que aventajar un examen de sellos que se hizo interminable. Cuando recogimos la paca fuimos a por el utilitario, y de allí, al hotel que habíamos administrado en Madrid. Se encontraba en verdad cerca del aeródromo (de hecho, se podía vagar caminando). Habíamos decidido delegar la visita a Bucarest para el final del delirio, así que a la amanecida subsiguiente, cogeríamos nuestro atlas de tierras y comenzaríamos nuestra recorrida por Rumania. Transilvania (I) Nuestra primera parada fue Curtea de Arges.

Fue la primera de una selección de capitales un gol decepcionantes que nos fuimos encontrando. Curtea tiene una vía larguísima, al final de la cual hay un Monasterio que es lo único destacable de la aldea. De ahí pusimos derrotero a Sibiu, que a la postre fue la capital que más nos gustó de todo el pueblo, no obstante en ese tiempo no lo sabíamos. Aparcamos el carruaje cerca de una tierra peatonal porque suponíamos que eso sería el ombligo, y acertamos. Cuando intentábamos atinar la maquinaria para competir el ticket de parking encontramos un chico rumano bastante amable, que hablaba harto proporcionadamente británico, y que además estaba intentando pescar el suyo. Así que dejamos que se encargase él de investigar dónde comprarlo y, una sucesión en nuestro mando, de cómo rellenarlo. Justo al inicio de la carretera peatonal adonde habíamos estacionado encontramos una pensiune que tenía buena apariencia y preguntamos si tenían una cámara para esa indeterminación. La respuesta fue afirmativa, y la chica que nos atendió nos llevó a admirar la morada para que decidiéramos si era de nuestro agrado. Era una estancia sencilla empero amplia y en extremo limpia, así que decidimos quedarnos. Las pensiune en Rumania son una orden de hoteles de pequeño graduación, no obstante que están altamente aseados, cuentan con lavatorio en la pieza y el coste es enormemente ajustado y suele entrometer almuerzo. Fue un gran tacto, y durante nuestro delirio nos alojamos en una siempre que nos fue dable. La pensiune de Sibiu se llamaba Casa Frieda, y fue una de las mejores que encontramos durante el incidente. Comenzamos la turista de la villa caminando incluso la Piata Mare, que es una amplia cimentación rodeada de inmuebles enormemente proporcionadamente restaurados. En el loco había unos puestos que vendían dulces y obsequios, y unas fuentes que salían del asfalto y se ponían en desaparición sin prevenir.

Pasando por abajo de una torre accedimos a la Piata Mica, la segunda palestra más importante de la aldea, todavía con inmuebles asaz monos y con medianos lados para atracarse. En esta posición destacan unos inmuebles que tienen en sus tejados unas puertas en apariencia de vistazos, y un puente del que dicen que si dos enamorados dicen alguna mácula, tiembla. Nosotros no quisimos producir la experimentación por si posiblemente. Estas dos consolidaciones son en realidad bonitas. Después continuamos deambulando por la capital, fuimos a la parte más antigua, adonde están igualmente reformando bloques y vías, y vimos tres protecciones de la antigua pared que igualmente están en queso. Como ahora era la hora de cenar, fuimos a un restaurante que nos habían asesorado pulsado Crama Sibiul Vechi, que se encuentra en un almijar y que tiene una unificada decoración transilvana. En su interior, a cada rato dos maestros, uno con un acordeón y otro con una escasa y pequeña flauta, amenizaban la velada con composiciones normalizadas (suponemos). Cenamos estupendamente proporcionadamente. De hecho, fue casi uno de los que más nos gustó de todo el paseo. Probamos la especialidad de la vivienda, consistente en una pechuga de escupitajo a la hoguera rellena de chiles y pie, y una especialidad del departamento, los sarmale, carne picada envuelta en bractéola de repollo. Ambos platos estaban bellos. Lo peor de la cena fue que en Viajes y turismo Rumania también se puede fumar en los restaurantes, y ahora nos habíamos aficionado a las extensiones libres de humo que son los restaurantes en España. Además, nos dio la impresión (no en este almacén, sino en general durante todo el lance) que los rumanos fuman como chimeneas. Tras la cena fuimos a ingerir un trago a un destierro nombrado Atrium que se encuentra en la Piata Mica, adyacente al puente que tiembla, y que tenían música de jazz en directo y pinchos ¡a 3 euros! Un tugurio 100% recomendable. A la aurora subsiguiente, con antelación de proseguir con nuestro trayecto, subimos a la torre que separa ambas lizas para inspeccionar una vista de la localidad. Desde lo alto hay una benevolente panorama, especialmente de las posiciones. Nuestra subsiguiente parada fue Alba Iulia. Esta villa enumeración con un círculo histórico que es una acrópolis. La pared y el trayecto que la recorre están completamente transformados, sin embargo adentro sólo está variada la catedral ortodoxa. El sobrante tenía todas las tierras sin asfaltar, con trabajadores con maquinarias por todas partes, lo que hizo que nuestra entrevista fuese positivamente estrecha.

La mentora que llevamos era de 2007 y ponía que estaban en pleno enjuiciamiento de renovación. Cuatro años más tarde luego parece que han proseguido bastante, siguen lejos de finalizar. Cuando lo hagan será un medio histórico bastante interesante. De sendero a Cluj Napoca paramos en un ambigú de calle. Al coger, saludamos a la sirvienta harto convencidos y en arruinado rumano, lo que hizo que nos trajera la esquela en ese lenguaje. Cuando seguidamente nos vio con unas puñales en las que llevábamos escrita la interpretación de algunas tajadas, se percató que nosotros de rumano tampoco patata, y aprisa nos trajo la epístola en anglosajón. Un par de vencimientos más tarde inmediatamente nos las arreglábamos con la carta en rumano. A nuestra comunicación a Cluj Napoca aparcamos en la misma persiana de la dependencia de turismo, así que entramos para requerir un plano de la localidad y averiguar dónde podíamos lograr trastorno para envidiar un ticket de estacionamiento porque la maquinaria solo aceptaba misivas y no teníamos ninguna.

El enrollado joven que nos atendió nos dio el plano y en extremo atentamente nos quiso surtir unas monedas, cosa que de ninguna forma aceptamos, con lo que luego de preguntar mucho en sus saquillos consiguió cambiarnos un asiento. Una oportunidad pusimos el ticket comenzamos la recepción por la Piata Unirii o Plaza de la Unión, prestigio que se repetiría en la posición principal de muchas villas. En el meollo de la ágora se encuentra la enorme fortificación de San Miguel, ante de la cual hay una imagen caballuno además bastante grande de un rey nacido en Cluj. De ahí caminamos inclusive Avram Iancu, cotilla ágora que tiene en un extremo la catedral ortodoxa y en el otro el teatro nacional. Entre los dos hay una fuente con chorros de jugo que cambian constantemente de manera. Continuamos deambulando por Cluj Napoca aun resistir a la basílica presbiteriana, adelante de la cual hay una imagen de San Jorge matando al dragón, y en la que parecía que se iba a ensalzar una coyunda, a tenor de la ropa de la gente que comenzaba a concurrir en sus ventanas.

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